Su nombre real fue Antonia Luzmila Rivas López, nació el 13 d junio de 1920 en la provincia de Parinacochas, Ayacucho – Perú.
Hija de Damaso Rivas y Modesta López, fue hija primogénita y en su niñez apoyo mucho en el crecimiento de su hogar en labores del su casa y el campo, ese contacto con la naturaleza, fortaleció su amor por la creación de Dios. Su madre tuvo un rol muy importante para que ella descubriera su vocación, tuvo mucha cercanía con la parroquia del lugar es así como ella se decidió ser religiosa.
Es así que, en 1942, ingresó a la Congregación de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor y en octubre de ese mismo año empezó su noviciado, adoptando así el nombre de MARIA AGUSTINA, es desde ese entonces que se la empezó a llamar AGUCHITA.
Se incorporó de forma definitiva a la Congregación en el año 1949, entregándose a la misión de manera completa con amor y disponibilidad. De ella siempre había palabras de aliento y de estímulo para las nuevas generaciones, el cansancio no era parte de ella, siempre acogedora, serena y de sonrisa fácil.
Entre los años 1970 y 1975, fue enviada a la Comunidad de las Hermanas Contemplativas del Buen Pastor en Salamanca, al servicio de Enfermería. Ahí compartió muchas experiencias con otras hermanas quienes la recuerdan como una gran enfermera de gran corazón.
En los años 80 cuando nuestro país pasaba por la terrible crisis del terrorismo, ella en 1987 fue a la misión de La Florida ubicada en Chanchamayo, Junín -Perú, cumpliendo así su ilusión de ser Misionera en la selva.