El 31 de agosto celebramos un día muy especial: el aniversario de la llegada de la Congregación de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor al Perú. Una historia que comenzó con fe y esperanza, y que hoy sigue viva gracias al testimonio de amor, servicio y entrega de las Hermanas y de tantas personas que, a lo largo de los años, se han unido a esta misión.
La presencia del Buen Pastor en nuestra tierra ha estado marcada por una atención preferencial a mujeres, niñas, familias y comunidades en situación de vulnerabilidad. Inspiradas por el carisma de Santa María Eufrasia Pelletier y la espiritualidad de San Juan Eudes, las hermanas y laicas han trabajado incansablemente por la dignidad de las personas, acompañando procesos de transformación, justicia y misericordia.
Hoy, la misión continúa con renovado compromiso. Desde colegios, centros de acogida, programas sociales y comunidades educativas, seguimos haciendo vida el llamado a ser testigos de esperanza, constructores de paz y sembradores de misericordia. La historia de la Congregación en el Perú es también la historia de tantas vidas tocadas y transformadas por el encuentro con el amor de Cristo Buen Pastor.
En este aniversario, damos gracias a Dios por la fidelidad y entrega de cada hermana y colaborador que ha hecho posible este camino. Que esta celebración nos renueve en nuestra misión y nos impulse a seguir construyendo un país más justo, fraterno y lleno de esperanza, al estilo del Buen Pastor.